Tras leer el
siguiente post http://blogs.elpais.com/ayuda-al-estudiante/2013/04/que-ensenar-y-como-aprender.html
de Carlos Arroyo, he estado reflexionando un momento sobre lo que ha escrito en cuanto a
enseñanza y aprendizaje:
"El cómo jamás podría diluir la importancia del qué. Y este dilema remite en realidad a otro que está en el corazón de la educación: enseñanza o aprendizaje (iba a escribir versus, pero es más sensato poner o). Parece lo mismo, pero no lo es."El hecho de que la enseñanza no es lo mismo que el aprendizaje es (o debería ser) algo bastante lógico, tanto para los que se dedican a la educación como para los que aún estamos estudiando la carrera. Pero a pesar de lo básico que ésto pueda parecer (y hablando desde mi experiencia como estudiante), da la sensación de que aún hoy en día muchos profesores no lo tienen claro, ya que sólo se centran en enseñar pensando que se da por hecho el aprendizaje en el alumno. Y aquí podemos encontrar uno de los problemas más importantes que hay (y que ha habido) en las aulas: el maestro o profesor que se centra en dar su clase y no atiende al aprendizaje de sus alumnos.
Ahora bien, ¿a
qué se debe este problema? ¿Es una cuestión de metodología o de simple falta de
atención a una de las partes del proceso de enseñanza-aprendizaje? En mi opinión, las causas del problema son principalmente dos que se complementan. La primera sería el uso de una metodología tradicional en el aula, ya que consiste en clases magistrales, con poca participación del alumnado y muy centradas en los contenidos. La segunda causa sería la excesiva confianza en los exámenes a la hora de evaluar, pues el hecho de que estén ahí hace que el profesor "se relaje" al valorar si sus alumnos están aprendiendo o no, ya que más tarde lo comprobará mediante el examen.
¿Cómo podemos resolver este problema? Creo que la solución
la podemos encontrar cambiando la metodología tradicional por otras diferentes.
No significa que dejemos de usarla, ya que siempre van a ser necesarias las
clases de tipo magistral y a veces se prefieren para el aprendizaje de ciertas
materias, pero podemos alternarlas con otras metodologías o adaptarlas.
Un ejemplo muy interesante de nueva metodología es el “Flip
Teaching” o “Clase inversa” (http://innovacioneducativa.wordpress.com/2013/02/14/que-es-flip-teaching-flipped-classroom-o-clase-inversa/). Consiste invertir las tareas del colegio que se hacen en
casa y las que se hacen en clase, es decir, en casa los alumnos asisten de
manera virtual a una clase magistral, y en el colegio hacen los deberes con la
ayuda del profesor. De esta manera, el profesor puede hacerse una mejor idea
del aprendizaje de sus alumnos y centrarse más en éste. Además, ésta es una
forma de introducir las TIC en educación.
Para acabar me gustaría añadir que, si queremos cambiar
esta situación y centrar la educación en el aprendizaje del alumno, hay que
innovar. No hay que tener miedo al cambio, ya que es necesario, aunque tampoco
se puede empezar a experimentar “a ciegas”. Pero hay que comenzar ya, dejando
de lado la pasividad y proponiendo ideas. Al fin y al cabo la sociedad no para
de avanzar, y la educación no debe quedarse atrás en este cambio, ya que, como
pensaba Rousseau, el único medio de
cambiar la sociedad es por la educación.
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